La piña deshidratada es una forma de conservar y disfrutar de esta fruta tropical durante todo el año. La piña deshidratada tiene un sabor más dulce y una textura más crujiente que la fresca, y conserva muchos de sus nutrientes, como el potasio, el magnesio y la fibra. Además, la piña deshidratada tiene propiedades antiinflamatorias y digestivas, gracias a la enzima bromelina que contiene .
Para hacer piña deshidratada en casa, se necesita una piña madura, un cuchillo, una bandeja de horno y papel vegetal. Estos son los pasos a seguir:
- Pelar la piña y quitarle el corazón duro.
- Cortar la piña en rodajas finas de unos 3 mm de grosor.
- Colocar las rodajas sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, sin que se toquen entre sí.
- Precalentar el horno a 70ºC y hornear las rodajas durante unas 24 horas, dándoles la vuelta cada 6 horas, hasta que estén secas y flexibles.
- Dejar enfriar las rodajas y guardarlas en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco.
La piña deshidratada se puede consumir como snack, añadir a ensaladas, yogures, cereales o postres, o rehidratarla con agua o zumo para recuperar su jugosidad.